Hay muchas razones por las que muchas veces no somos capaces o nos cuesta tomar nuestras propias decisiones.
Recuerdo en mi niñez y en mi adolescencia que eran otros los que tomaban mis decisiones, hasta influyeron en la elección de mis estudios. En ese momento de mi vida, me faltaba autoconfianza, tenía miedo a equivocarme, tenía muy arraigado el fracaso; además de tener una fe ciega en mis mayores y necesitaba de su aprobación a la hora de tomar mis decisiones.
Después conocí a mi pareja, y a medida que pasaba los años, fui cediendo y dejado que muchas veces no tomara tampoco mis decisiones, seguía buscando su aprobación y aun vivía conmigo mi inseguridad y mis miedos.
Ahora es cuando me doy cuenta que más que tomar mis decisiones, era más importante la aprobación para con los demás, pareja, amigos, compañeros, etc.
He tenido que tocar fondo para darme cuenta quien soy y volver a reencontrarme de nuevo. He tenido que perder para ganar en fuerza, confianza y convencimiento que de que todo me va a ir bien, que todo lo que me pasa es porque tiene que pasar, todo lo relaciono con un aprendizaje. Desde que veo la vida así ya no tengo miedo de lo que me pueda pasar porque tengo control sobre mi misma y se que soy capaz de enfrentarme a cualquier situación por mala que sea, porque si algo ha mejorado es mi actitud hacia la adversidad.
Ahora se que mis decisiones las tomo yo pero ya no busco desde fuera, sino que éstas las tomo desde mi interior, desde el ser que soy y de la persona que me he convertido.
Se que solo yo soy la responsable de mis decisiones tanto para lo bueno como para lo malo, ya no culpabilizo ni a la vida, ni a nadie, ya que la única responsable de lo que pase en mi vida soy yo.
Tengo el convencimiento de que todo lo que me venga es un aprendizaje, así que cuando me pasa algo, me pregunto ¿porque viene a mi vida y que es lo que tengo que aprender de esta situación o de esto que me está pasando?
EJERCICIO DEL DIA
A la hora de tomar vuestras decisiones desde donde las tomáis, desde el miedo, ya convencidos de que no os va a salir bien, ¿os centráis más en las dificultades o por lo contrario sabéis que si o si os va a ir bien.
Tomáis las decisiones desde fuera, buscando la aprobación de vuestro entorno o desde dentro, desde vuestra intuición, o como yo digo desde el corazón, esas decisiones que nos hacen que el corazón se nos vaya a salir del pecho.
Mirar más allá de lo que todo parece, profundizar más en como os sentís al tomar vuestras decesiones, ¿os sentís en paz? o por lo contrario os poneis muy nerviosos, os da ansiedad y esas decisiones que se tendrían que tomar, las dejamos para más adelante, procrastinamos y muchas veces nos conformamos con continuar sin cambios en nuestra vida, por no ser capaces de pararnos a tomar las decisiones que podrían cambiar nuestra vida.
¡Que tengáis un feliz día!