Hoy voy a hablar de perdonar y perdonarte, del perdón, a los demás y el perdón a nosotros mismos.
Desde bien pequeña siempre se me ha educado en el perdón, si haces algo malo has de pedir perdón. Esto me ha llevado a utilizar la palabra perdón muchas veces por conseguir algo pero sin tener ni idea de porque pido ese perdón.
No soy una persona rencorosa y aunque me hagan algo que me duele, intento que eso no me afecte demasiado, me quedo con mi dolor dentro, intento y doy la sensación de que no me ha afectado.
Antes durante unos días me quedaba tocada, pero eso sólo lo reflejaba en mi dialogo interno y esa persona que para mi era tan importante, dejaba de ser importante e izaba velas y a otra cosa.
No le montaba un cristo, ni le hacia ver lo que me había molestado, simplemente la evitaba, y así poco a poco, quedaba excluida de mi vida.
Si la vida me la traía de nuevo, la recibía con los brazos abiertos, siempre soy de la opinión que las personas merecen una segunda oportunidad y según quien hasta tres.
No soy rencorosa y enseguida se me pasan los enfados y sigo con mi manera de ver las cosas.
Perdono en cuanto pasan las cosas, si esa persona quiere aceptar mi perdón mejor pero si no allá ella, necesito estar bien con las personas de mi alrededor y no me hace nada perdonar, para mi es mi derecho y no me gusta guardarle rencor a nadie.
Tampoco soy persona de guardarme las cosas, en contadas ocasiones quizás si he esperado el momento, pero tampoco he hecho mucha sangre, lo único que me he dado cuenta es que todo tiene su oportunidad.
“Así que este escrito hago una confesión a mi misma desde mi interior, a todas las personas que han pasado por mi vida y que en algún momento les ofendí o no estuve a la altura que esperaban»:
Pido perdón por mi tozudez, por mi egoísmo, por mi forma de actuar y por todo lo que cuando llegó el momento no dije o no supe ver que decir.
También me perdono por todas las veces de que me engañé.
Por todas las veces que me olvidé de seguir mi camino.por todos esos sueños que dejé en la mente de mi niña interior, por todos mis miedos y mis inseguridades, por todos los gritos (que no son pocos) a personas que las quiero o las quería con locura.
Pido perdón a la vida, por no haber sido capaz de entenderla muchas veces y hacerla responsable de lo que me pasaba. Y doy las gracias por tener la oportunidad de pedir ese perdón.”
EJERCICIO DEL DÍA
Os invito a tomar papel y bolígrafo y mirar en vuestro interior, en el transcurso de vuestra vida, y recrearos en vuestra niñez, adolescencia, juventud, madurez, y hacer una carta de perdonaros a vosotros mismos, a las personas que han estado o no están con vosotros.
Dejaros llevar y escribir lo que se os ocurra, no penséis en que vais a poner, simplemente escribir lo que os pasa por vuestra mente.Veréis que os vais a sentir mejor. Probarlo y ya me diréis.
¡Qué tengáis un feliz día!
Maria Carmen Sánchez (@mcsato67